La noche ha sido fatal. El dolor me despierta, no se si por tu ausencia o por los años. En cualquier postura se manifestaba. Me levanté, lentamente. Una ducha caliente alivio un poco el mal. Luego ingerí calmantes, pero esto no conoce de calmantes. El chamo se comportó a la altura. Siempre me sorprende. Manejé poco a poco y llegamos sin problemas. Espero la guardia sea suave. Intentaré llamarte en el día. Creo que sólo con tu voz todo aliviaría. No te llamé, por no levantarte.
Te adoro, entrañablemente.
Fernando
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