sábado, 14 de febrero de 2009

14 de Febrero

La guardia estuvo tranquila, muchos pacientes, pero distanciados. Te llamé en una oportunidad, pero te ocupaban los deberes de la casa. Nunca descansas. Mi cielo, cerca de tu partida, se agolpan en mis ojos las lágrimas porque no ser que hacer en tu ausencia. Cuando estas, eres los motivos de todo. De trabajar, de reir, de ir al parque. Con tu presencia ausente, sólo quisiera dormir y despertar con uno de tus húmedos besos, donde me anuncies que nunca más nos separaremos. Seguro el tiempo esta semana hará de las suyas y volarará. Me dices que me porte bien, y no entiendes que los latidos de mi alma se deben a los tuyos. Te amo Mildred.

Fernando

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